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14
Jun
La importancia de la gestión de riesgos en la cadena de suministro
La gestión de riesgos en la cadena de suministro es una parte fundamental para el buen funcionamiento de una empresa. Elaborar planes estratégicos que prevean los posibles fallos o accidentes que se pueden desencadenar en cada uno de los eslabones de la cadena supone, a la larga, un ahorro económico y humano.
Es muy importante tomar conciencia del fuerte impacto que tiene sobre la producción, una buena planificación y elaboración de esquemas de prevención de riesgos. Esto implica que sean conocidos por todos los miembros que forman parte de dicha cadena, de manera que sea posible reducir las posibles contingencias que afecten el producto final, entendiendo no sólo la calidad del resultado, sino también el tiempo y las condiciones en las que se termina.
Las cadenas de suministro son tan débiles como lo es su eslabón más frágil y en empresas cada vez más grandes, interdependientes y globalizadas, el propio riesgo se agranda y globaliza. Por esta razón es necesario elaborar planes de prevención todavía más detallados y planificados para encontrar los posibles puntos débiles de nuestra cadena y, una vez conocidos, hacerles frente.
¿Cómo está conformada una cadena de suministro?
Una cadena de suministro está formada por proveedores, fabricantes, distribuidores, puntos de venta al por mayor y, por último, el punto de venta donde llega al consumidor final. Es fundamental saber quién forma parte exactamente de la cadena y qué papel desempeña, pudiendo así averiguar los posibles puntos de ruptura de la cadena.
¿Qué riesgos podrían atentar a una cadena de suministro?
Existen dos grandes factores generadores de riesgos. Primero, el efecto látigo, que supone que cualquier fallo en cualquier extremo de la cadena afecta a todos los demás eslabones y viceversa, provocando alteraciones a las que, de improvisto y sin preparación previa, no es posible hacerles frente. En segundo lugar, la incertidumbre, provocada por el espacio temporal entre el suministro y demanda.
¿Qué tipo de riesgos generan estos dos factores?
Es fundamental que te hagas esa pregunta dentro de tu organización, para ser consciente, en primera instancia, de qué riesgos conocemos. Para eso debemos interactuar con los diferentes eslabones de la cadena, saber qué sucede dentro de nuestra empresa y determinar qué cosas funcionan y qué no.
Pero por otra parte, contamos también con riesgos desconocidos como por ejemplo:
- Posibles desastres naturales
- Comportamiento anormal de la oferta y demanda
- Accidentes o terrorismo
Todos ellos pueden tener efectos muy negativos sobre la calidad del producto, lo que en última instancia afecta al precio y a la demanda y provoca un descenso de los beneficios. Un ejemplo concreto sería no estar pendiente del tipo de cambio, que de incrementarse, afecta de forma decisiva los costos de adquisición.
Por otro lado, puede provocar fuertes pérdidas si no lo habíamos previsto. Tres de las grandes preocupaciones de los directivos en cuanto a los riesgos en la cadena de suministro son la protección de la propiedad intelectual, la cualificación del personal y posibles rupturas del suministro.
Acciones para el desarrollo de una gestión de riesgos
Una vez identificados las fuentes y los riesgos que pueden provocar, es importante abordarlos desde un punto de vista práctico. Para ello, una vez determinados qué riesgos son conocidos y cuáles no, es necesario clasificarlos nuevamente en tanto internos y externos, ya sean motivados por algún elemento intrínseco a la propia empresa o por algún factor exterior; o en función de su gravedad alta, media o baja.
A partir de entonces es necesario determinar qué impacto pueden tener en nuestra empresa, qué herramientas existen para hacerles frente ahora mismo y cuáles necesito adquirir. Además, en todo momento se deberá monitorear los riesgos y comprobar su evolución.
Para llevar a cabo todas estas acciones, es necesario crear un comité de riesgo que sea quien analice y determine el alcance de cada situación y las medidas que sea necesario tomar, siendo conscientes de que un elemento crucial es una fuerte comunicación entre todos los miembros del comité y los diferentes eslabones de la cadena.
Por otro lado es importante contar con todo tipo de mecanismos internos que además no suponen un costo económico para la empresa.
La gestión de riesgos en la cadena de suministro nunca debe ser un proceso azaroso sino algo minuciosamente elaborado y preparado. Contratos, seguros, fianzas y coberturas son mecanismos fundamentales de protección y prevención que permiten reaccionar en caso de que haya algún fallo no percibible en la cadena.
Finalmente, los planes de gestión de riesgos no suponen una eliminación total de cualquier daño, pero si aportan la capacidad de poder afrontarlos sea cual fuere su naturaleza, por lo que la elaboración de políticas internas de prevención se convierte en una asignatura inexcusable para las empresas.
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